domingo, 15 de marzo de 2009

LA MÚSICA RELIGIOSA DE LOS ÁRABES











I. Situación geográfica

Magrib (Occidente)
Mašriq (Oriente)
Irán
Turquía



II. Características generales

En el Islam tradicional, se considera música solamente a la música profana, considerando a la religiosa un simple apoyo de los ritos religiosos. La música está sujeta a la poesía, considerada la forma más elevada de la expresión artística.

La prosodia del verso otorga su ritmo al canto. Los ciclos rítmicos se organizan por secuencias y se definen por una alternancia determinada y ordenada de silencios y pulsos (dum y tak). Predominan los ritmos de tiempos impares (de cinco, siete u once tiempos).

La música islámica es monódica y heterofónica, y frecuentemente melismática e improvisada. Se basa en el empleo de fórmulas y en un sistema tonal formado por doce notas y veinticuatro intervalos de un cuarto de tono, uno por cada hora del día. Es música modal, y el modo se denomina maqam. Éste determina el grado de base, los intervalos que se suceden, la jerarquía de los grados y las frases melódicas típicas al mismo. Cada modo tiene un ethos.



III. La música religiosa

La música religiosa de los árabes comprende tanto la música de las comunidades cristianas como la de los musulmanes. La música sacra de los árabes cristianos es más representativa de la música de la iglesia oriental en general que de la árabe específicamente. Ésta tiene sus raíces en culturas foráneas:
- En la católica.
- En la ortodoxa griega.
- En la anglicana.
- En la tradición copta y maronita.
- Etc.

La música musulmana se basa en los mismos elementos estructurales que la música árabe profana.

La música religiosa es interpretada por los musulmanes en la mezquita. Ésta se basa en la palabra cantada. No suele emplear instrumentos musicales. Estos son utilizados sobre todo en las procesiones y para acompañar fiestas religiosas.

Las formas vocales de contenido religioso son:
- Maulid
- Quasida
- Dikr
- Madih

Éstas no son consideradas como música por los muslim, sino como un apoyo a la enfatización de los ritos religiosos. Esto se debe a que en varios periodos de la historia árabe, legistas y teólogos no aprobaron el valor y la función del canto y de la música instrumental tanto en los contextos religiosos como en los profanos. Cuestionaron el valor de la música en si.

El Corán a menudo se recita con una forma de canto que representa un género vocal. Para esta forma de recitación se requiere una buena voz y un elevado conocimiento musical. Pero el intérprete que lo lleva a cabo es llamado declamador o lector, no cantor, ya que se cree que el Corán no debe cantarse.

A pesar de estas controversias, se ha ido desarrollando una práctica musical islámica.



IV. La lectura del Corán

La lectura del Corán tiene una función litúrgica y sacramental, incluso a veces mística. El Corán es el libro sagrado del Islam. Contiene la palabra de Dios tal y como fue comunicada por el arcángel Gabriel a Mahoma, por tanto es de origen divino. Tiene 114 capítulos, suras. Estas suras están organizadas de forma que las largas preceden a las cortas. Cada una de estas suras está subdividida en versículos, ayat. El libro completo del Corán consta de 400 páginas.

La lectura del Corán es el arte de recitar el libro sagrado según unas reglas fijas de pronunciación, entonación y cesuras. Estas reglas fueron dispuestas por el Profeta y transmitidas de generación en generación. En el siglo VIII, el siglo II del Islam, siete sabios mahometanos establecieron reglas para las llamadas, siete maneras de lectura que todavía son válidas. En el siglo IX, algunos creyentes comenzaron a cantar el Corán, sin apartarse no obstante de las normas de las siete lecturas. Desde entonces, los recitadores del Corán reciben formación religiosa y musical en las escuelas coránicas.

La lectura del Corán se interpreta a solo y comienza con dos fórmulas obligatorias, que se recitan seguidas, una a continuación de la otra: “Dios me proteja del maligno Satán” y “En el nombre de Dios Clemente y misericordioso”. Esta lectura termina con la fórmula obligatoria: “Dios es grande y su palabra es la verdad”. La lectura puede comenzar a mitad de la una sura y/o terminar antes del final de una de éstas.

Los elementos que determinan la estructura musical son las facultades musicales del propio lector y la fuerza de su voz.

El Corán no tiene prescripciones musicales, sino que sólo contiene indicaciones para la interpretación textual. Musicalmente, la recitación del Corán se basa en una de las muchas gamas de maqam de la música profana árabe. A menudo, esta recitación consiste en la ejecución completa de un maqam. Se diferencia no obstante de las formas de ejecución profanas en que aquí la estructura de la línea melódica está considerablemente mediatizada por la observancia de las normas de lectura del Corán[1].

La interpretación del Corán emplea trazos melódicos de diversa extensión y su desarrollo temporal es determinado esencialmente por los signos de cesura del texto. El intérprete en cada trazo melódico se basa en una nota de recitación de la gama del maqam. La interpretación de las fórmulas obligatorias de principio y de final de una recitación del Corán se limita a la primera nota de la gama del maqam. Suele emplear un tempo relativamente lento, caracterizándose por notas largamente tenidas y melismas tanto sobre las vocales como sobre las consonantes. Son frecuentes los cambios de registro a la octava. Entre las distintas tiradas melódicas suelen hacerse largas pausas, hasta de diez segundos, en las cuales aplauden los fieles.

Esta lectura del Corán se lleva a cabo los viernes en la mezquita durante el servicio divino a cargo del muqri, en las casas, en familia, durante las fiestas religiosas, moderadamente, en radio y televisión, etc. Además, todo creyente debe recitarlo diariamente y para si en los momentos cotidianos de la oración.

La lectura pública del Corán debe considerarse como una forma artística elevada, que presupone un dominio del repertorio del maqam y de las reglas del ta`g´wid, así como una voz poderosa y capaz de alcanzar bien los registros agudos.



V. Géneros


1. Adan

Con él se llama a los fieles para que acudan al servicio divino del viernes, y para que recen las cinco plegarias diarias prescritas. La llamada la hace el almuédano desde el alminar. Comprende siete fórmulas[2], que se repiten según unas reglas fijas, y cada una va seguida de una pausa.

Musicalmente se basa en el principio de contraste. La primera aparición de una fórmula suele ser breve, poco elaborada melismáticamente y de ámbito tonal reducido. Pero, su repetición suele ir ricamente ornamentada, suele ser más amplia melódicamente y emplear un ámbito que puede extenderse sobre una octava.

Generalmente suelen ser lentos.

En conjunto consta de doce trazos melódicos, pertenecientes todos a la misma gama de maqam y dos centros tonales a distancia de cuarta o quinta.

En algunas festividades pueden ser cantados antifonalmente por dos almuédanos que se alternan.


2. Maulid

Significa fiesta de cumpleaños. Se emplea en una celebración pública y tradicional para la celebración del nacimiento del Profeta. Puede celebrarse en la mezquita o en el círculo familiar.

Es interpretado por un cantor solista y un grupo coral de ocho a dieciséis hombres. El coro canta al unísono y añade a los párrafos fijos del texto del maulid (prosa rimada) nuevos versos, así como súplicas o deseos de bendición para los presentes.


3. Madih an-nabawi

Género vocal cuyo texto glorifica al Profeta y a su familia.

La interpretación la llevan a cabo un solista y un coro. Frecuentemente usan tambores como acompañamiento (mazhar o bandir).

El coro suele cantar el texto de un verso que sirve de estribillo y que tiene una organización rítmica fija, al que el solista responde con el mismo texto de forma improvisada variándolo musicalmente. El coro vuelve con el estribillo. A veces, en vez de éste, cantan un Allah largamente tenido sobre una nota característica del maqam.


4. Dikr

Significa conmemoración o recuerdos. Es una ceremonia que forma parte de la liturgia y que puede comprender recitación, canto, música instrumental, danza, vestuario, sahumerio con incienso, meditación, éxtasis y trances.

Es una gran forma musical que puede durar varias horas y que constituye como un ciclo que abarca en ocasiones muy diversos géneros de la música árabe culta profana. Su objetivo principal es invocar la presencia de Dios durante la ceremonia religiosa. Este estado se invoca por la llamada de los asistentes, que gritan constantemente el nombre de Alá hasta que entran en trance.



VI. Bibliografía

HASSAN TOUMA, Habib: La música de los árabes, Alpuerto, Madrid, 1998.

GARCÍA MARTÍNEZ, José María: <>, en La música étnica. Un viaje por las músicas del mundo. Alianza, Madrid, 2002.



VII. Webgrafía

http://www.franciscocallejo.es/mto1/index.php (última consulta: Marzo de 2009)

http://en.wikipedia.org/wiki/Muslim (última consulta: Marzo de 2009)

http://es.wikipedia.org/wiki/M%C3%BAsica_%C3%A1rabe (última consulta: Marzo de 2009)

http://www.supercable.es/~fracasoescolar/h%20de%20los%20cante/musica_arabe.htm (última consulta: Marzo de 2009)

http://www.samarnet.com/nasser/musar.htm (última consulta: Marzo de 2009)

http://www.alarde.com/revista/articulos/musarabestud/ (última consulta: Marzo de 2009)

http://www.sibetrans.com/trans/trans7/ribera.htm (última consulta: Marzo de 2009)

http://www.aulaactual.com/especiales/musica-arabe/ (última consulta: Marzo de 2009)

http://www.musicasdelmundo.org/article.php?story=20030724041124974 (última consulta: Marzo de 2009)




[1] HASSAN TOUMA, Habib: <>, en La música de los árabes, Alpuerto, Madrid, 1998, pág. 147.

[2] HASSAN TOUMA, Habib: <>, en La música de los árabes, Alpuerto, Madrid, 1998, pág. 150.

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